D.C.P.

 

SEGUNDO PREMIO

II Concurso de relatos breves de la Biblioteca Municipal

Título: D.C.P.

Autora: Carla Gómez López (Castronuño)

Categoría 1 (niñas y niños de 8 a 11 años

 

 

Hoy amaneció, un magnifico día. De esos días de primavera , donde deseas ir a dar un paseo por la senda de los almendros ,disfrutando de la belleza de sus flores, escuchando los cánticos de los pájaros  que viven en la reserva de Castronuño.

Cuando sonó el timbre de mi casa. Era mi abuelo.

  • A ver, Carla, ¿ cómo es que hoy no has ido a clase?
  • Abuelo, que no hace falta que vaya. Dijo Carla.
  • ¿Cómo es eso de que no necesitas ir a clase?

El abuelo Cesar, quiso que su nieta Carla le explicara de una vez, como era posible que sin ir a clase recibiera las explicaciones de su maestro.

  • Mira, abuelo, ya te lo he dicho muchas veces. Todos los niños de mi clase recibimos por internet un aula virtual con lo que tenemos que aprender y nosotros mandamos las respuestas a nuestro tutor, David. Bueno, si tenemos alguna duda, vamos al colegio y se lo consultamos en la “auloteca”. Explico Carla.
  • ¿Qué es eso de la auloteca? ¿No querrán decir biblioteca?

Y Carla le explicó al abuelo que la “auloteca” es como un almacén de datos informáticos donde se podía consultar cualquier cosa. Pero el abuelo no entendía nada y le volvió a preguntar:

  • ¿Cómo se llama tu tutor, Carla?
  • 4.D.C.P. Respondió Carla.
  • ¡¿Cómo?! Dijo el abuelo un tanto extrañado.
  • Sí, abuelo, es la clave que yo tengo que poner para poder conectarme con él. Y yo soy 4.C.G.L. Bueno, abuelo ¿No has oído un pitido? Pues es que me han llegado algo del ordenador y tengo que ir a ver.

Al abuelo le tuvo que explicar su hijo el sistema de enseñanza que había en la actualidad.

Un buen día, al abuelo, le llegó una invitación del colegio donde él había ido de niño y al que ahora, ochenta años después, iban sus nietos, para contar a profesores y alumnos como era el colegio en su época.

El abuelo se puso tan guapo como si fuera a ir de boda. Al llegar al colegio, ya no tenia patios. Había dos grandes salas ocupadas por ordenadores. El comedor de antes, donde se jugaba, ya no existía, habían hecho un espacio donde te sentabas y mirabas para arriba y podías ver el cielo transparente.

El abuelo, fue presentado por el director del colegio y comenzó a hablar:

  • Queridos padres, profesores y alumnos. Cuando yo, hace ochenta años, venía a este colegio de Castronuño, yo no vivía en el pueblo como vosotros. Vivía en un caserío y veníamos andando desde allí. Respirando el aire puro y también pasando mucho frío. En mi cartera, un pizarrín, una tiza, y un bote con unas brasas para que no pasáramos frío, porque no había calefacción. Como sabéis este colegio tienen dos plantas, pues en una estaban las chicas y en la otra los chicos. No nos podíamos mezclar. Además, teníamos que venir todos los días. Estábamos en la clase con nuestro maestro, disfrutábamos de los dos patios y sabíamos casi que estación del año era, solo mirando los arboles que rodeaban la ribera tan maravillosa del río. También, si os soy sincero, cuando no nos sabíamos las tablas de multiplicar, algún cachete nos daba el maestro. Hoy veo que todo eso se ha perdido. Para mi fueron unos maravillosos años, pero la vida cambia y ahora nos toca esto.

El abuelo terminó con un fuerte aplauso de todos y, Carla, se acercó a él, se abrazaron y al abuelo se le caían unos lagrimones por su arrugado rostro.

 

 

Author: Castronuño

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