Entrevistamos a Roberto Chapu, monologuista cómico, actor de teatro, cine y televisión con más de veinte años en los escenarios y descendiente de Castronuño.
¿Cómo surgieron tus inicios en el mundo de la interpretación?
Desde chavalín en el barrio y en el instituto siempre andaba liado con las actuaciones, y es verdad eso de que si el veneno del teatro te entra en el cuerpo ya es para siempre. Al terminar mis estudios “normales”, tuve muy claro que quería entrar en la Escuela de Arte Dramático, imagino que cuando en casa un hijo dice esto no es fácil de digerir, pero para mis padres no tengo más que palabras de agradecimiento, gracias a su trabajo y esfuerzo yo he tenido la oportunidad de dedicarme profesionalmente a mi vocación.
Con más de veinte años en los escenarios, ¿cómo ha sido tu trayectoria actoral?
Estando aun estudiando ya empecé con mis primeros trabajos profesionales en teatro, después me fui a Madrid a buscarme la vida. Como todo el mundo en esta profesión he conocido la precariedad, pero hubo un antes y un después en el año 2006, ahí comencé con los monólogos y, desde entonces, sólo he trabajado en el mundo del espectáculo, alternando mi faceta de actor con la de cómico. Poder vivir de ello durante todos estos años es mi mayor logro y más de lo que nunca soñé.
Eres un artista polifacético, en gran parte de tu talento destaca el humor, ¿por qué te has decantado por este estilo?
Siempre me ha gustado contar e inventar historias y parece ser que se me da bien hacer reír, la comedia en directo es puro rocanrol, puedes haber tenido un bolo muy bueno un día, pero eso no te garantiza que la próxima actuación vaya a salir bien, esa tensión y esa adrenalina acaban enganchando. En cuanto a referencias cómicas, en España siempre hemos tenido unos cómicos espectaculares, claro que también disfruto con cómicos extranjeros, pero tendemos a divinizar, quizá por esnobismo, a cómicos anglosajones, cuando aquí ha habido genios con los que yo, personalmente, me he revolcado por el suelo de risa, como Martes y Trece, Tip y Coll, Faemino y Cansado, Gila, Pepe Viyuela y un largo etcétera. Además de estos clásicos, tengo la suerte de admirar e idolatrar a unos tipos que encima son mis amigos, los integrantes de Humor de Protección Oficial.
Has participado en series como “La casa de papel”, “El secreto de Puente Viejo”, “Cuéntame cómo pasó” … ¿Cuál fue el papel que más te ha gustado?, ¿en qué te inspiraste para interpretarlo?
No podría elegir a un personaje o trabajo en particular. Para mí ha habido dos rodajes muy especiales que han sido “Red de Libertad” y “Monteperdido”, por las circunstancias, por el momento vital en el que te pilla, por la historia que cuentas, pero sobre todo por el equipo humano con el que trabajas. Esto con el tiempo acaba siendo lo más importante, los proyectos pasan, las personas quedan.
Tienes mucha experiencia en teatro, ¿podrías contarnos alguna de tus anécdotas más divertidas trabajando?
Sin duda, dónde más cosas peculiares pasan es yendo por ahí a “monologuear”. Desde que te toque actuar en una sala de juegos para quince personas que te dan la espalda porque están jugando a la tragaperras, o en un monte al lado de un alternador de la II Guerra Mundial que han puesto para que el equipo tenga corriente, sonaba más fuerte el alternador que el equipo y las vacas que había detrás creo que no pillaron mis chistes.
El sector artístico y cultural es uno de los más afectados por la pandemia del covid 19, ¿cómo vive esta situación un artista cómo tu?
En primer lugar, debo decir que me siento un privilegiado, en casa estamos bien de salud y no paso por ningún tipo de problema. Si vamos entrando en detalles pues te puedes imaginar, durante el verano sí que he realizado muchas actuaciones con el buen tiempo, pero de marzo a junio estuvimos totalmente parados y ahora con la llegada del frío pues tres cuartos de lo mismo. Me indigna que los espacios culturales, que han demostrado ser espacios seguros y controlados en los que no hay contagios demostrados, estén siendo perseguidos y demonizados. No somos los únicos, fíjate como están los hosteleros, precisamente mucha comedia en vivo se realiza en bares, salas, restaurantes… así que, la cosa pinta fea.
Tus raíces son de aquí y, a menudo, se te ve por el pueblo, ¿qué es lo que más te gusta de Castronuño?
Claro, tengo aquí a mis padres y siempre es un placer venir al pueblo, por ver a la familia lo primero, pero es que Castronuño tiene muchos alicientes de por sí para venir, su naturaleza, su reserva, sus rutas de senderismo, sus bodegas, su gente…
Castronuño, además de naturaleza, tiene una importante agenda cultural durante todo el año, ¿cómo valoras que municipios como el nuestro apuesten por la cultura y las actuaciones en directo?
Afortunadamente la respuesta en general de los pueblos, a la hora de programar eventos culturales en estos tiempos tan difíciles ha sido muy buena. Castronuño es buen ejemplo. La cultura es un servicio esencial y de primera necesidad. Esencial para los más de 800.000 trabajadores del sector que comemos de ello y pagamos impuestos, pero también porque sin música, sin artes escénicas, sin ferias culturales, etc. un pueblo está peor que muerto, está sin alma. Cómo digo, los pueblos y sus gentes han respondido muy bien y han dado todo para que el público pueda disfrutar de cultura en vivo, mi agradecimiento a toda esa gente, voluntarios, trabajadores de Ayuntamientos, Protección Civil, técnicos, personal de limpieza, diferentes cuerpos de policía… todos ellos han demostrado su profesionalidad y han estado muy por encima de Administraciones más grandes por las que el sector se siente muy abandonado.
Carlos Martín Herrero 2020
14 noviembre, 2020
Bueno yo soy un familiar de Filo pero por fin te pongo cara ,espectacular sigue que esto pasara .un saludo