La construcción de la que voy a hablaros es la actual Iglesia Santa María del Castillo, mas su nombre inicial no fue éste sino la Ermita de San Juan de los Caballeros.
Esta pequeña ermita está ligada a la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén, también conocida como Orden de Malta o Caballeros de San Juan. Estos monjes guerreros llegan a España en el siglo XII y a Castronuño, concretamente, en el año 1157, cuando el rey Alfonso VII dona la villa a dicha orden. Los caballeros sanjuanistas patrocinaron diferentes construcciones. Este templete es una de ellas.
La cruz de la Orden de San Juan tiene dos puntas en cada extremo, es decir ocho en total. Simbolizan las bienaventuranzas u ocho obligaciones de los caballeros. En un principio la cruz es blanca porque simboliza la pureza, pero en el campo de batalla la cruz es llana y roja.
Esta cruz la vamos a ver en muchos edificios sanjuanistas, incluso en Castronuño.
La Ermita que os presento, no se construye como iglesia parroquial, pues esa función la tenía la Iglesia Santa María del Castillo (S-XII). La Ermita de San Juan de los Caballeros la mandó construir el prior Hernán Rodríguez de Balboa en el siglo XIII. En un primer momento está destinada a albergar las reuniones importantes de la orden. Se elige este enclave debido a que está protegida por la fortaleza de La Muela. Además de sede de sus tertulias, Hernán Rodríguez de Balboa da a la ermita otra finalidad; sirve de espacio funerario para él y los demás comendadores. Con el deterioro de las Encomiendas al final de la Edad Media, los nobles pagan por enterrarse en los templos. De esta manera, la orden va aliviando sus cargas económicas.
La única ermita sanjuanista de la zona que lleva el nombre del patrón es la de Castronuño, símbolo indiscutible de su importancia dentro de la Encomienda. También se constata en el material, pues otras construcciones rurales similares llevan madera y otros materiales menos costosos, mientras que esta iglesia está íntegramente construida en piedra.
El edificio es de estilo románico, aunque si bien es cierto un románico tardío, como muestran sus arcos apuntados. Tanto en el interior como en el exterior, predomina la sencillez. Aunque, si me permiten opinar, en este templo se hace realidad el dicho de “menos es más”. Una de las características del románico es la perdurabilidad, por lo que los edificios son construidos con grandes sillares y muros muy anchos que den sensación de robustez.
La portada está apoyada en columnas y es apuntada. Debido al grosor de los muros tiene forma abocinada, al igual que las ventanas. Sobre las columnas se apoyan las arquivoltas.
La rosa de la fachada es profunda y con anillos de baquetones. Las rosas surgen en el S-XI y son elementos constructivos característicos del románico, adquieren importancia y van aumentando de tamaño hasta culminar en el gótico. Debido a la robustez y peso de los muros es necesario el uso de contrafuertes como vemos a los lados de la rosa y en los laterales del templo. Así reducían el empuje de bóvedas y paredes. En el románico suelen ser visibles, siendo uno de los elementos que lo caracterizan.
Es muy interesante la portada Sur (también abocinada) pues tiene más decoración escultórica que la puerta de entrada. Además de motivos vegetales, tiene figuras humanas. Es una pena que por su estado de mala conservación no sea posible reconocerlas.
En el exterior vamos a encontrar ornamentación, también, en ventanas y aleros. Los aleros tienen una decoración bastante austera mediante arquillos. En este caso, son meramente decorativos, no son elementos sustentantes del edificio como ocurre en otros casos.
Las ventanas, también abocinadas, están adornadas con motivos geométricos, vegetales y bolas.
La espadaña, de ladrillo es posterior (S-XVIII).
La nave principal de la Iglesia Santa María del Castillo se derrumba en 1870, su nombre y las funciones religiosas se pasan a esta ermita.
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