El sitio de Castronuño

IV CONCURSO DE RELATOS BREVES DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE CASTRONUÑO

Título del relato: El sitio de Castronuño 

Categoría 1 (de 8 a 11 años)

Autor:   Tayana de la Rúa Ferrero

 

Érase una vez, en un precioso pueblo situado en la curva del río Duero, llamado Castronuño. Ese maravilloso pueblo tenía un castillo, en el que vivían Don Pedro de Avendaño, que era el alcaide, su esposa Beatriz de Benavides y su hija Tayana con sus criadas, dos de las criadas de más confianza eran las que los acompañaban a todos sus eventos y paseos por el pueblo, más gente del servicio.

Aunque eran los que mandaban en el pueblo, eran gente humilde y se relacionaban muy bien con la gente pobre del lugar.

Tenían un ejército con muchos soldados vigilando el castillo, aparte también, vivían los habitantes del pueblo.

Un día, llegó al castillo el rey de Portugal, muy cansado y preocupado por su hijo, el príncipe Don Juan, porque lo había perdido de vista en la batalla. Entonces, hablando de sus cosas de reyes y un poco de la vida del rey de Portugal (también comieron un mollete de Castronuño, el típico mollete de Xocoreto y un vaso de vino Sofros).

Pasados unos días, los soldados del castillo vieron que se divisaba una gran polvareda, era el ejército de Don Fernando de Aragón, que venía a luchar para quedarse en Castronuño, habían derribado Cubillas, San Román, Medina del Campo, Burgos, Cantalapiedra… les abrieron las puertas, pero al rey Don Fernando de Aragón le gustó el castillo y quería quedarse con él. Los ejércitos lucharon por quedarse en Castronuño y quedarse con el castillo.

En la primera batalla ganó el ejército del alcaide Pedro de Avendaño, los habitantes del pueblo ayudaban tirando piedras al ejército contrario. Todos lo celebraron cantando y bailando juntos en la plaza del pueblo.

Un día tras otro, los vecinos del pueblo iban a comprar a los mercados que había en Castronuño, como siempre los reyes paseaban en su maravilloso, comprando las cosas necesarias para el castillo y para ellos.

El día 30 de abril llegó el rey de Aragón por segunda vez a ver si podía quedarse con el precioso pueblo y ganó la batalla esta vez. Así que, se lo quiso comprar por 5.000 florines de oro, pero el alcaide no quería y entonces subió la cifra a 10.000 florines aragoneses porque era un pueblo tan bonito que quería quedarse con él a toda costa, como era tan valioso aquel precioso pueblo con su castillo y su curva del río Duero.

Al cabo de unos meses, volvió a ofrecerle los 10.000 florines aragoneses, más toda la mercancía del pueblo que se pudiera llevar, como comida, ropa… y ya no podía darle más dinero. Y el día 30 de junio le dio el dinero y las llaves del castillo.

Los habitantes del pueblo estaban muy disgustados y enfadados porque su alcaide les había vendido a ellos, a su pueblo y a su castillo.

Se reunieron en la plaza del pueblo y todos los habitantes del pueblo decidieron tirar el castillo para que el rey no se saliera con la suya.

Y así lo hicieron, Castronuño se quedó sin castillo y los habitantes del pueblo fueron libres.

Author: Castronuño

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