LAS VACACIONES EN LA MONTAÑA

II Concurso de relatos breves dela biblioteca municipal

Título: Las vacaciones en la montaña

Autora: Carmen Fernández García, (Arroyo de la Encomienda, Valladolid)

Categoría 1, (niñas y niños de 8 a 11 años)

 

LAS VACACIONES EN LA MONTAÑA

 

¡Tienes miedo!, me dijo por décima vez mi hermano Rodrigo.

Íbamos a subir a un teleférico.

 

Rodrigo me había dicho que el cable en el que el teleférico solía viajar estaba desgastado. Nunca había montado en uno, pero no tenía miedo, porque sabía que pase lo que pase mis padres me mantendrían a salvo.

 

Cuando estaba alcanzando la cima de la montaña, y sólo nos quedaba aparcar, nos chocamos con las paredes. Como el conductor estaba muy tranquilo, pensé que era típico de allí, y me tranquilicé yo también. Yo estaba todo el rato preguntándome: “¿Cómo habrían construido el teleférico sin subirse a nada y sin el material suficiente?” … porque claro no iban a estar todo el rato subiendo y bajando.

 

Mientras pisaba la fría y blanquísima nieve noté que se me enfriaban las mejillas. Mis padres querían que hiciéramos una ruta, pero como es normal, Rodrigo y yo queríamos jugar con la nieve. Hicimos un tobogán y un muñeco de nieve enorme.

 

Los copos de nieve parecían estrellitas a nuestro alrededor.

 

De tanto entretenernos se hizo de noche y ya no se podía bajar en teleférico porque hacía mucho viento. Todo estaba bastante desierto, bueno por lo menos a mí me acompañaba el miedo y el frío.

 

 

Nos quedamos allí a dormir. La almohada era un trozo de roca, el colchón estaba hecho de nieve y la manta de hojas. Para estar mínimamente calientes nos juntábamos unos contra otros.

 

Ya era media noche, el muñeco de nieve tan enorme que habíamos hecho cobró vida. Vino hacia nosotros lentamente, y nos dijo: “Acercaos a mí, aunque soy de nieve estoy muy caliente”.

 

Nosotros sin creérnoslo nos acercamos a él. ¡Tenía razón! ¡Era como una estufa!

 

Castro, que así se llamaba el muñeco de nieve, nos contó que él quería salvar vidas en la montaña y nos pidió que escribiéramos un cuento como este para que los niños no tuvieran miedo en la montaña.

 

Poco después el muñeco Castro conoció a un amigo llamado Nuño.

Castro y Nuño se dedicaron a cuidar el pueblo de Castronuño.

 

A partir de entonces, esa zona de montaña se denominó “Reserva Natural Riberas de Castronuño”, y el tobogán que hicimos Rodrigo y yo en la nieve lo construyeron junto a una piscina para que todos los niños y sus familias pudieran disfrutar de él cada verano.

 

Author: Castronuño

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